31 diciembre 2014

Señoras que se mojan

Foto DISOPRESS
Éramos pocas, pero teníamos un plan. Sencillo, pero un plan: plantarnos ahí con la pancarta y decir bien alto que el agua es un derecho y no una mercancía.

Para llegar a ese punto, casi pierdo la cabeza, entre mails, tuits, asambleas y la M30 que sigue rodando. Aquella mañana, ya todo el plan en marcha, ya todas organizadas, unas por aquí las otras por allá y ahí nos plantamos, decido disfrutarlo abrazándome a las solfónicas y a su canción. Recorriendo las calles cantando 'Mójate mójate yaaaaa, que el agua es un bien común (bien común, bien común) que nos quieren quitar (que nos quieren quitar)'. Una decía: - haz tu los coros. Y la otra hacía lo que le parecía. ¡A ver sino! A mi, por ejemplo, me pareció apropiado destrozarles la canción... Llevábamos ya un rato siendo felices, cuando uno vino a decirnos que mejor no cantáramos. Así que continuamos nuestro camino cantando hacia dentro, ya calentando para la nueva fase 'Ley Mordaza' de esta nuestra democracia.

Y así, cantandito, primero hacia afuera, después hacia dentro, llegamos. ¡Ya! Y nos plantamos. La mala fortuna quiso traernos con el tráfico rodado una lechera de munipas que se quedó varada en la tercera fila. Así que, verdaderamente, nos plantamos muy muy poco. Una lástima.

Uno de los munipas se pegó un saltito. Se dio cuenta de que con una carpeta en la mano no iba a poder cortar la cuerda. Pegó otro saltito, con la carpeta ahora entre la rodillas. Peor. Tuvo que dar un tercer saltito, ya con la carpeta en el suelo, para poder cortar la cuerda. Así que agarramos la pancarta y nos fuimos a la concentración con las mismas. 'Bien común, bien común, que nos quieren quitaaaaar'.

Aquella mañana nos metieron un triple cuando sonaba la bocina. Aprobaron emitir bonos por valor de 1.000 millones de euros en el Canal Gestión S.A. O, lo que es lo mismo, abrieron de par en par las puertas de la privatización del agua de Madrid a pocos meses de las próximas elecciones. También decidieron que, a partir de ese momento, cada vez que esos estafadores de lo público se reúnan, cobrarán 600 euros. Y, en el camino, detuvieron a un trabajador del Canal que también estaba allí. Así que con todo aquello en la mochila: pancarta, detención y triple en tolacara, vuelvo para casa.

Casi vuelvo a perder la cabeza entre mails, tuits, llamadas, preguntas, cansancio, el cable del ordenador pelao, el wifi que no va, mi casa sin luz y la M30 que no deja de rodar. Y solo cuando me recompongo de todo eso, solo cuando mi cabeza vuelve a estar en su sitio, unos días después, miro las fotos.

¿Quién era esa mujer que está a mi lado, bolsa de los recaos en mano? No tengo ni la menor idea. ¿De dónde venía y en qué momento se cogió de nuestra mano? Tampoco.

Pero adoro a las 'Señoras que, en lo que van a comprar cuarto y mitad de chopped, se adhieren a una acción directa en defensa del agua pública'.

Y, en cuanto brinde, me acordaré de ella. Y de todas las personas dignas que aquel día se plantaron en contra de la privatización del agua. Por ellas: Chinchín.

11 agosto 2014

*no

reducir a
escombros
las palabras
carne y hueso.
Quemar la fuerza de
gravedad de las   olivas.
Contener la lágrima de un grifo
seco. Amurallar las emociones como
quien separa los calcetines de las bragas
en un cajón. O pretenderlo. Pánico en la frontera,
no es bienvenida en Tel-Aviv. Iros a cagar. Cuerpos
mutilados, llantos desgarrados a la hora de la comida antena3
hamás ¿Qué? Abrir los libros con bombas, qué se yo… No vengo
aquí a decir nada que todo el mundo    (ese ente)    no haya dicho ya.
Yo solo vengo a decir que no veo a Dios en lo alto de esta  escalera, *




BUKKOKUJI (6 - I - 83)

Limpiando el remanso,
turbias sus aguas
se han teñido. 

El tiempo pasa,
lo que fué turbio,
en espejo cristalino 
se ha convertido. 

Aguas mansas,
tranquilas, en el fondo
tienen lo que pesa, 
lo que no ...
flotando se va al río. 

El río va al mar,
en el mar no hay ríos,
agua y más agua,
fondo, litoral,
y en lo alto,
azul manto con
sol o estrellas,
con nubes o sin ellas,
que dá color a este mar,
de muchos ríos.

El mar es mar,
también es río,
por eso tiene orillas,
y el viento lo peina
con muchos rizos.

Su fondo,
aguas tranquilas
que no saben,
si son mar o son río,
que desconocen
qué es agua,
y son, sin serlo,
agua, mar y río.

Aguas turbias o claras,
mansas o bravas,
solo yo lo veo,
ellas son,
cosas y agua,
unidas y distintas,
una a una y Una,
¡Agua!

01 agosto 2014

¡Caracoles!

Comer caracoles produce digestiones lentas.

Puedes votar esta greguería y ver la imagen que le acompaña pinchando aquí. 

06 julio 2014

A veces lo más corto es la curva

Ululaban los silbidos de tus eses 
y los rayos no sabían si hervir el agua 
o aplastar esas hierbas altas  
Se embelesaban las moscas 
siglos de ahí 
sigilosas de nuestros cuerpos  
De ahí donde me seducía tanto observarte 
como no saber.

04 julio 2014

Te esperamos con la puerta abierta


Tres mujeres caminando hacia el frente
son tres mujeres que hacen más
que caminar
mirando hacia adelante. 
Huir hacia lo mismo
es no querer distinguir mil
entre tres colores. 
Arrebatar un deseo hecho realidad
por la fuerza
engendra más rabia
de aquella que cabe en las cunetas.  
Reprimir a quienes
proyectan lo grandes
que podemos ser
no hace sino reforzarnos
en que lo seremos.








03 julio 2014

HUMO

Ayer es un cuento
en el que las lágrimas eran
pedazos de nube
que nadie lloró. 
Hoy es una paloma de cristal
que ya voló en alguna parte. 
Mañana es una aurora
que perdimos
intentando adivinar
quienes eran esos cucos
que activaban el mecanismo
de la primavera.


01 junio 2014

Tengo

Tengo en mis ovarios
semillas,
poemas sin empezar,
llantos y risas congelados. 
Quisiera poder visitar
esos enormes almacenes,
                        diminutos,
conocer los hijos
que nunca tendré;
pedirles perdón
a través de la sangre.
Gioconda Belli
El ojo de la mujer

13 abril 2014

‘Era la primera vez’

La primera detención en Gamonal.
El nombre no es real.

Un grupo de personas se niega a irse a casa. La reunión en las traseras de la calle Vitoria se ha disuelto entre la prisa y la prensa echándose encima, entre el ‘hay que hacer algo’ y ‘no somos bastantes’. Pero ahora son menos. Una de las pocas que quedan ahí es Marta. Observa la calle con la piel tersa de los dieciséis bajo ropa de color negro. Sus rizos a salvo del frío y de la identificación, bajo una capucha. Su convicción de que algo había que hacer – no podían esperar a mañana. Y, en cambio, no se deciden.

De pronto unas señoras tiran dos vallas en el lateral. Marta y las demás personas, las acompañan. Tiran las vallas una a una, algunas desde dentro otras desde fuera - cuando las vallas aún no estaban grapadas al suelo. Jueves por la noche. A punto de terminar, la calle se tiñe de azul. Cuatro lecheras. Ocho coches. Y mucha secreta. Mientras las mujeres, las señoras, se quitan la capucha y se van a tomar un café, Marta y las demás echan a correr por la barriada Juan XXIII y se dispersan por donde pueden. Error - dice Marta, deseando haber actuado como las mujeres.

‘Nunca me había visto en una tan gorda’ – dice - ‘corriendo delante de la policía’. A pesar de que tenía la sensación de que la iban a ‘enganchar’, pensaba que no podía dejar llevarse por el miedo. Así que ahí está, con sus mechones a cubierto, viendo como todo el mundo corre para todos los lados, corriendo sin saber muy bien a dónde, hasta que no ve a nadie. Y se queda parada.

-       Marta, están ahí, ¡corre! – oyó que alguien le decía.

Y reanuda la carrera, esta vez ya con el aliento de un policía en la nuca. Otra mujer, policía, le cerraría el paso. Fin de la partida. Manos contra el coche y registro. Le quitan el móvil y mandan wassaps a sus compañeros. Muchos mensajes iguales ‘¿Dónde estás?’ Marta estaba tan nerviosa que ni se enteró de que se lo habían quitado. Montan en el coche. Ella no sabía qué hacer, sólo tenía ganas de llorar, estaba muy nerviosa, no sabía que hacer.

Ya en comisaría pensó que su único delito había sido tirar una valla. Que no le iban a hacer nada por eso. Que sólo querían intimidarla. ‘Y me puse chula’- dice. Mientras una policía le interroga, otro apunta sus números de teléfono. ‘Yo tenía el… – y su dedo índice se desliza en horizontal en el aire- Error’. No tenía un código de desbloqueo personal.


Cuando sus padres entran en la sala, no entienden la actitud de Marta, con el ceño fruncido, los brazos cruzados, la mirada fija- ‘yo le miraba como me miraba él a mi’. Cuando reproduce cómo hablaba su voz se vuelve grave. Sólo quería ser fuerte para que no la intimidaran, para que no le sacaran ninguna información. Pero eso tendría que explicárselo más tarde, ya en casa. Esa noche toda la tensión acumulada salió a flote, las imágenes, ‘cómo te trataban’, las voces, ‘están ahí’, todo, dando vueltas en su cabeza. Y después el llanto y su madre. 16 años. Esa semana no iría a clase. ‘Era la primera vez’ – dice.

Despido procedente

Un talón peina la moqueta, un pie se apoya. Otro talón que peina, otro pie que se apoya. Una conversación que cesa. Un teléfono que se cuelga de un golpe. Unos labios que vibran al expulsar aire y aire.


- ¡Qué ganas tengo de terminar con este asunto, por dios! – dicen.


Un culo trajeado que se sienta en una silla de cuero negra. Unas rodillas fornidas que hacen girar un cuerpo hasta ponerlo de frente al escritorio. Vetas oscuras dibujan llamas y gotas concéntricas sobre una superficie más clara. Madera de nogal con bordes redondeados. Tacos de folios y cuadernos apilados aquí y allá. Una agenda. Unas manos se apoyan. Una busca un bolígrafo y lo gira. La otra coge la agenda y la abre. Un dedo recorre los asuntos del día. Un pie nervioso aplana la moqueta. Una cabeza piensa que ya son las cinco y que aún quedan un par de cosas por resolver. Unos labios se aprietan. Un botón se pulsa.


- ¿Sí? – se oye por el altavoz.

- Rocío, dígale a Juani que me traiga un café con leche, por favor.

- Ahora mismo.

- Gracias.


El bolígrafo gira en una mano, cae de vez en cuando al escritorio. Sólo muy de vez en cuando. La cabeza se levanta. Dos ojos huecos ven una silueta que inunda las líneas horizontales de las persianas metálicas. Dos golpes suenan en la puerta.


- Adelante.


Un pie que se arrastra por la moqueta. Otro que camina. Un pie se arrastra por la moqueta. Un café se posa sobre el escritorio. A su lado, una servilleta y un vasito de agua.


- Su café.

- Gracias, Juani.

- De nada.


Un pie se arrastra de vuelta.


- Disculpe, ¿le importaría sentarse un momento?

- Claro que no - responde ella.


Un labio inferior se muerde por dentro. El carmín se apretuja. El bolígrafo descansa en el escritorio. Una falda se estira hasta las rodillas. El azúcar se vierte en el café. Una cabeza se pregunta si tendrá que esperar a que el señorito se tome el café para escuchar lo que quiera que tenga que decirle. Dos talones, escondidos debajo de una silla, chocan entre sí. El otro da un sorbo.


- El café que usted prepara está exquisito. Fuerte y cremoso. – y se relame.

- Gracias.

- Si, ¿cuántos años son ya? ¿cuatro?

- Tres.

- Ah sí. Tres años con nosotros. Pocas camareras hemos tenido aquí más eficientes que usted. Esto quiero que lo recuerde.

- Gracias.

- Lo que en realidad me propongo decirle es – un pie se adelanta, el cuerpo se echa hacia delante- que mañana no tiene que venir a trabajar.

- ¿Cómo?

- La subcontrata para la que trabaja necesita recortar personal y usted ha sido una de las elegidas. Su despido, por lo visto, es el más barato.

- ¿Y me lo dice así, y de un día para otro? – los pies salen del escondite. Los brazos se acodan en el escritorio, del otro lado.

- Es el procedimiento, entiéndalo. No nos podemos arriesgar a tenerla aquí de pataleta. Piense en los clientes. Daríamos mala imagen.

- ¿Y ustedes no pueden decir nada?, ¿defenderme? ¿No decía que estaba contento con mi labor?

- Si, ya… pero no. No podemos hacer nada. Además, tampoco tenemos tiempo para hacer esos trámites. Habría que enviar un escrito a su empresa, sellado por el responsable del servicio y firmado por mí mismo, hablar con la sustituta que ya habíamos acordado y decirle que no… en fín, un engorro. No podemos, no.

- Ya.

- Tiene que entenderlo. Ya sabe cómo son estas cosas.

- Ya…

- Y encima está lo de su cojera…

- Bueno, ¡ya lo entiendo!

- Perfecto, sabía que podía contar con su inteligencia. Ya le tengo todos los papeles preparados, para ahorrarle molestias. Firme aquí – y gira el bolígrafo media vuelta más para ofrecérselo.

- ¿Dónde?

- Aquí, aquí y aquí y en las copias correspondientes, aquí y aquí.


Juani firma sin firmar, pone un punto bien calado al final de cada garabato. Deja el bolígrafo encima del escritorio. Arrastrando un pie y caminando con el otro se acerca a la puerta.


- Disculpe, Juani.

- ¿Si?

- Me han dicho en su empresa que si puede deje el uniforme aquí mismo.

- … - el carmín se le apretuja.

- Gracias.


Agarrándose en el pomo de la puerta, Juani se descalza y se quita los pantys. Ante los ojos huecos del otro, los sostiene con dos dedos y los deja caer. Arrastrando un pie y caminando con el otro, dibuja una silueta sobre las horizontales metálicas. Tira la etiqueta de la subcontrata, que rebota sobre la moqueta. Y aún más, hace un sendero de ropa hasta la puerta, dejando caer también la camisa, el chaleco y la falda. El carmín vuelve a su forma. Caen también las bragas y el sujetador.

11 abril 2014

Escena en #OccupyIbercaja

Se abre la puerta. Una mano saca un papel - un folio - y se lo da a una mujer. La puerta se cierra.

- Ya habéis conseguido lo que queríais, ¿no? - dice el nacional alfa.
- No. Hemos venido a por la condonación de la deuda y nos ofrecen un aplazamiento del desahucio - dice la mujer.
- Entonces, ¿salís solos o tendremos que sacaros?
- Tendréis que sacarnos.
- ¿Queréis que os dejemos un rato más aquí?
- Si, así hacemos una asamblea o algo.
- Bien. A las dos en punto empezamos.

La mujer se sienta junto al fondo de la sucursal de Ibercaja de Gamonal, junto a Jose Antonio y otra decena de personas. Una de ellas dice: 'redes, redes' y desde su móvil llama a prensa. 'Si venís ahora llegáis a tiempo de grabarlo'- dice.

Antes de que den las dos, una pareja decide que no es momento de hacer gestiones de esa manera, con las luces de la oficina apagadas, todo el suelo lleno de papelitos y el megáfono en modo 'repeat' diciendo 'no nos vamos'. Meten los papeles en la carpeta y se van. Lo de Jose Antonio no va con ellos.

En su camino hacia la salida, se cruzan con más nacionales.

- Ahí vienen.

Ya son las dos.

- Había alguien con problemas en el hombro ¿no? - dice el nacional alfa.
- Si, yo tengo una discapacidad.
- Sería mejor que te fueras tú sola.
- No, yo he venido aquí con mi amigo y con mi amigo me vais a sacar.

Toman al primero por las axilas y tiran de él. Se levanta y sale caminando.

- ¡Así no! ¡Peso muerto, peso muerto! - le gritan.
- Estas baldosas resbalan, ¡déjate caer! - le grita otro.

Y así, como pesos muertos, no oponemos resistencia, tampoco les facilitamos la tarea, nos van sacando de la sucursal entre sudores, cargando con nuestros cuerpos, vivos, haciendo surcos entre los papelitos del suelo, dignos, arrastrando el culo por las baldosas.

El lunes volveremos.

* los diálogos son aproximados, obviamente no llevaba grabadora conmigo.

30 marzo 2014

Una foto (y paja de relleno) #22m


Creo que en otro momento no habría sacado esta foto. Simplemente alguien señaló ese montoncito de piedras y dijo eso. Y seguimos caminando para recibir a la marcha oeste.

Nadie sabía muy bien por dónde iban a entrar. Así que plantamos la pancarta de Interbarrios en cuatro sitios al menos, antes de optar por cortar la carretera. Ya nos íbamos a lanzar al tráfico, arriesgando el pellejo, cuando un local nos dijo que esperáramos, que nos atravesaba el cochecito. Mucho mejor, dondevaparar. No tenía yo el día de morir.

Después vino el movimiento estudiantil, cañero, sin parar de cantar y cantar. Y después, la marcha. Las sonrisas, los cánticos de bienvenida, el paseíllo, los aplausos, la lucha es el único camino, de norte a sur,  los saludos, de este a oeste, los abrazos, un paso, la camiseta de la pah, luego otro paso, la de las marchas, las pancartas, las banderas, las lágrimas y les seguimos de camino a Plaza España.

- Sería bonito aprovechar que somos tantas y entrar en El Corte Inglés a hacer una visita, me dice un compa. Podríamos saquearlo si quisiéramos o, simplemente, podríamos entrar a armar jaleo, cantar, jugar al escondite entre los perfumes de Dior y las bragas de encaje. Durante unos cuantos metros soñamos rebeldías posibles que, sabemos, no ocurrirán. Seguiremos el plan establecido. Nos comeremos los bocatas que se han preparado en el patio por la mañana las buenas gentes del centro de Madrid. Se nos atragantará un poco el jamón al ver que Izquierda Unida se apunta el tanto. Como digo, todo según lo esperado.

Marcho para Atocha y me reúno con la Marea Azul. Fue bonito ver a las buenas gentes de Aragón sosteniendo metros y metros de tela azul. Fue bonito ser los ríos que nos quieren privatizar. Pero hay tanta gente que nos la pasamos paradas un buen rato. Y a la sombra. Cuando una compa me advierte de que tengo los labios morados, decido que es el momento de volver a casa. Además, tengo que mandar la foto para el periódico de Aragón.

En casa tengo visita. Rebeca y Joan han venido desde Alicante a las marchas. Están impresionados con la cantidad de gente que había. 'Y todo el mundo pacífico ¿eh?' Les advierto de que la marcha final aún está por venir. '¿A sí?' Si. Y a los pocos minutos empieza el baile.

Todo ocurre según lo previsto. Menos una cosa: esta vez corremos en dirección a la policía. Y en mi cabeza está esa foto. ¿Por qué en ese momento tomé esa foto? Creo que la mandaré y esa será mi crónica resumen de la jornada, me digo el mismo día.

Una semana más tarde, ahora, los medios siguen erre que erre con las piedras. Así que, me digo, si mando sólo la foto, parecerá que actúo como ellos. Una semana mas tarde, me lanzo a escribir lo que se espera de una persona del movimiento y, en cambio, para mi lo importante, lo urgente es que dejemos de interpretar la interpretación que han hecho los medios. Que pensemos qué pensamos nosotras de ese chico exhibiendo el casco de la policía.

Y así, quizás, al escucharos, al leeros, yo descubra por qué tiré esa foto.




16 marzo 2014

3 años de transformación en 10 fotos


4 de Marzo de 2012. Cuando bajé a la primera Asamblea de Lavapiés, lo hice con la intención de currar. Sabía que nos iban a crujir, que iban a ir a por lo común, a por lo nuestro. Y yo necesitaba enfocarme en un tema, para ser eficaz. En la segunda o tercera asamblea Victoria comentó el tema de la privatización del agua y a mi el estómago me dio un vuelco. Fui a una asamblea que organizaba la plataforma y vi que aquello se trataba de un robo manifiesto a nuestro patrimonio (y no solo). En Septiembre nos pusimos a currar y el 4 de Marzo hicimos una Consulta Popular.

Mis compañeras, que tenían más visión del asunto, pensaron que hacer una réplica del referéndum vinculante italiano podría ser buena idea. Y en efecto lo fue. Más de 180.000 personas en Madrid participaron. Y en tuiter fuimos trending topic dos días seguidos y la Consulta salió en las portadas. Rompimos el silencio. Yo gestionaba el tuiter, pero era mi primera vez. Así que no tenía ni idea de cómo se hacía un trending topic. Cuando, con la ayuda de Madrilonia lo conseguimos, lloré. De hecho, estuve toda la víspera de la acción pegada a la pantalla del ordenador como una rata viendo lo que la gente escribía sobre #elaguadeMadrid. Y creo que leí todos los mensajes que se volcaron.

Ya el día de la acción, mis vecinas y vecinos, entre ellos, Enrique Flores, que hizo este dibujo, vinieron a acompañarme y a ayudarme. Ellas insistían en relevarme, pero estar ahí con la gente hablando, explicando, recogiendo votos y agradecimientos, fue mi recompensa a tanto trabajo. Como la alegría no me cabía en el pecho, tuve que escribirlo, compartirlo, deshacerme de alguna manera de ello. Y seguir.

29 de Marzo de 2012. A nuestro paso entre Fuencarral y Hortaleza, esta mujer nos recibía desde su casa, apretando los puños, puestas las zapatillas de casa y el abrigo. Los ojos meados de emoción. Con movimientos torpes se movía a un lado y al otro del balcón, como queriendo dirigirse a todas y cada una de las personas que estábamos abajo. Calculé que aquella mujer habría luchado mucho por conseguir algunas de las cosas que hoy (todavía) nos están robando. Calculé que no podía bajar a la calle y que por eso nos dedicaba esos gestos tan efusivos.

No conocía su historia, pero me emocionó mucho verla. Y el calor de la gente llamándola 'presidenta'. Sentí que esa mujer estaba dándole más sentido a mi presencia allí. Ese día en el que practiqué mi primera huelga, una huelga que se llamó 'social' y se difundió como #tomalahuelga para hacer ver que esa huelga era distinta. También, recuerdo, aquel día conocí a Mario y sostuvimos una pancarta rosa que decía 'la huelga de las personas', antes de irme a mi primera bicicrítica.

Yo no sabía (ni se) cómo eran las huelgas antes. Yo no sabía lo que era un piquete informativo, ni un piquete nocturno. Tampoco sabía que se podía colapsar una ciudad como Madrid. Pero lo aprendí practicándolo. Para Marzo ya me había dado tiempo a saber lo que eran las hostias y la luz azul, pero también fue la primera vez que las sufrí.

En la Asamblea Popular de Lavapiés decidimos reinventar las prácticas de los piquetes para las siguientes huelgas, para sentirnos todas más cómodas. Y lo hicimos, de hecho, pero las hostias han seguido cayendo igual o peor. 

15 de Mayo de 2012. En el primer aniversario del 15-M decidimos tomar las plazas una vez más. Cada colectivo eligió una plaza y desarrolló las actividades que quiso. Talleres, proyecciones, eventos lúdicos y debates hicieron de la programación algo inabarcable si alguien quería acudir a todo. 

El mismo día 15 se hizo una asamblea en Sol para que cada colectivo explicara lo que había hecho a lo largo del año. Yo, recuerdo, estaba cansadísima. Mi vida personal de aquellas era bastante agitada y no me dejaba mucho tiempo para organizar estas cosas. Así que me senté en la asamblea, dispuesta a descansar las lumbares y a escuchar. Cuando un compañero me dijo que saliera a hablar, me negué, porque sentía que no me quedaban más fuerzas. Él insistió y terminé saliendo. Me puse a la cola y pedí papel y boli a quienes tenía cerca. Organicé todo lo que tenía que decir. Era la primera vez que hablaba delante de tantas personas, unas centenas, pero no me tembló la voz. Tampoco me temblaría un año más tarde, cuando en el 23F me tocó volver a hablar de la campaña de transparencia que habíamos montado. 

En el aniversario #12m15m me sentí en familia. El hecho de que una compañera me llamara el 'hada indignada' por el sombrero que llevaba, da cuenta de ello. Que un chico que no conocía de nada me prestara su abrigo y me cuidara de camino a la bolsa después, también. Estábamos en familia, como digo. Así que terminé mi intervención con algo personal, con el grito de guerra que había empleado de cachondeo todo ese año entre mis amigas, mi equipo de baloncesto y con mi familia. Grité: ¡Viva el agua pública! y todas respondieron ¡Viva! Desde entonces, algunas personas me siguen vacilando con ese grito. Y me gusta. 

Gracias a que ese día salí a hablar, un investigador incluyó el tema de la privatización del Canal de Isabel II en el libro que estaba escribiendo y, meses más tarde, me invitó a participar en un encuentro entre activistas árabes y europeos en Luxemburgo. ¡Tremenda experiencia!

29 de Septiembre de 2012. Esta imagen la tomé en una cafetería de la Plaza del Reina Sofía un instante antes de volver al Congreso, en respuesta a la represión vivida durante el #25S y el #26S. Me quité este colgante que un día mi madre me regaló. Me lo quité porque era fácil que alguno de azul se volviera loco y me lo arrancara en un forcejeó. O se me enganchara con algo al salir corriendo, o algo así. 

Un día hablábamos entre compañeras de las cosas que llevábamos en los bolsos y de cómo esas cosas hablan de nosotras, de quienes somos y lo que hacemos. Y compartimos lo que llevábamos. En ellos había había celo, había un silbato, había pegatinas, había un cuaderno, había un móvil con el tuiter o el bambuser instalado. También hablan las cosas que no están, por ejemplo, el DNI. Algunas decidimos no llevarlo encima para evitar identificaciones y multas injustificadas. 

Los objetos hablan de nosotras. También la ropa. De pronto, dejamos de pensar si un color conjunta con otro y empezamos a plantarnos delante del armario a pensar qué es más cómodo, más abrigado, lo que no me importa manchar sentándome en el suelo antes de salir de casa. También el calzado. ¿Cuál es que me permite correr más rápido, llegado el momento? 

Y nuestros brazos, nuestras piernas tatuadas con eding200 también hablan. Dicen el número de teléfono y el nombre de la abogada de turno. Pero eso habla más bien de ellos y su represión absurda. Porque nosotras estamos hablando de ejercer derechos y libertades recogidas en la Constitución, en su Constitución, no lo olvidemos. 

Por ahí iba mi Vomitona post #25s


Noviembre 2012. Convencida por una compagua, me fui a Florencia a un encuentro europeo de activistas. Florencia 10 + 10 se llamaba. Y tenía una sección específica en materia de agua. Por eso fui. Fui más a ver y a escuchar y a documentar que a participar como activista. No era mi intención, pero cuando llegué allí me di cuenta de que, además, habría sido imposible. La gente que allí se daba cita, sin duda, tenía mucho más que decir que yo, que aún me autodefino como un bebe político. También había gente joven, como el chico de la foto, con muchas tablas.

Me pidieron que contara la Consulta Social de Madrid y eso hice. Recuerdo que dije, ilusa de mi, que había sido el primer referéndum no vinculante de España. ¡Menos mal que lo introduje con un 'as far as I know'! En fin.

Como digo, poco aporté al encuentro. Pero me volví habiendo puesto cara a todos los enlaces de los distintos movimientos por el agua pública europeos y eso me ha ayudado para seguir conectada con ellos, sobre todo para intercambiar información sobre la Iniciativa Ciudadana Europea por el Derecho Humano al agua. En estos momentos ya ha sido presentada al Parlamento Europeo. Y estamos a la espera de ver cómo encajan en la legislación europea nuestra petición de excluir el agua del ámbito de la liberalización y las privatizaciones. ¡Qué nervios!



24 de Marzo de 2013. El Ayuntamiento de Madrid decidió un buen día anunciar que en la Puerta del Sol se iba a instalar una macroterraza de 300 metros cuadrados. Así que para expresar nuestro rechazo a la privatización de los espacios públicos, se organizó un acción lúdica: un campeonato de InterSobres.

Cada Asamblea de barrio hizo un equipo y eligió un vestuario. Cada equipo se colocaba a un lado de la plaza y, en medio, Bárcenas alzaba el sobre que había que ir a buscar y devolverlo a tu fila para ganar. Era un juego del pañuelo adaptado al contexto político. Los equipos intentaban sobornar a Bárcenas. Billetes falsos y 'Vales por' un chalet en Marbella o un apartamento en Benidorm iban llenando los bolsillos de un pobre ciego que iba caminando por allí y que era juez. 

El equipo de 'niñas corruptas' de la Asamblea de Austrias entendió a la perfección que allí ganaba quien más trampas hiciera. Pero creo que nos pasamos, porque a día de hoy tres asambleas reclaman haber vencido. Ese día nos reímos por encima de nuestras posibilidades practicando nuevas formas de acción no violentas. Además, la acción salió en el telediario de alguna cadena de televisión, así que alguien más que nosotras se entero de las intenciones del Ayuntamiento.

He elegido esta acción porque, igual que en el Mundialito Antirracista, disfruté mucho conociendo y divirtiéndome con personas de otros colectivos. Porque divertirse es fundamental, también en la política. (O a esa conclusión he llegado)




7 de Abril de 2013. Juventud Sin Futuro convoca por segunda vez al precariado y, por segunda vez, lo parte. No tanto en lo físico, en Madrid, pero sí en las redes, sí en París, en Montevideo y en otros tantos lugares donde la juventud exiliada se manifestó para visibilidad que 'No nos vamos, nos echan' y que 'Vamos a combatirles desde todas partes'.

Si dos años antes Juventud Sin Futuro no nos hubiese convocado a una concentración en Tirso de Molina y después a otra en Mayo, ni yo ni muchas personas estaríamos hoy donde estamos. Juventud Sin Futuro tuvo y tiene la habilidad de trasladar todo lo que se mueve por esas cabecitas tan bien amuebladas a la sociedad de una forma comprensible. Desarrollan un discurso asequible para las personas que, como yo, no tenemos ni teníamos formación política. Y yo las sigo y las amo por eso.



19 de Agosto de 2013.  Miguel no pudo acompañarme en el día de mi cumpleaños, porque también ese día cumple su hermano. Así que viene a buscarme a casa para celebrar juntos. Me dice que me va a llevar a un sitio nuevo que ha descubierto entre la calle Sombrerete y nosequé. Yo no se dónde me dice, pero bah, ya lo veré cuando llegue, pienso.

A nuestro paso por el Solar de la calle Valencia la puerta está entreabierta. Me dice que me asome y le digo que no. Entrar al Solar significa exponerte a que te líen y yo no estaba pa líos ese día. Pero entro ¿o me entra? y veo unas diez personas que intentan esconderse donde pillan. Después, un globo de agua rebota en mi estómago. Y después ¡Felicidades! Y después me empiezan a caer más globos de agua y después, calderos. ¿o el primer caldero lo cogí yo? Y empapándonos con agua pública celebramos el que ha sido el mejor cumpleaños de mi vida. 

El mejor porque lo celebramos en el Solar que me ha enseñado lo bonito de liberar un espacio. En el Solar que me ha hecho vivir tantos momentos: las fiestas alternativas de Lavapiés, el jugar a tener un huerto, vivir una muestra de cine petada de gente y, con ella, el potencial de la autogestión, disfrutar los comedores populares al solete con la buena gente de Migrapies... El mismo que me enseñó que existían los planes de ordenación urbanística, el que me hizo aproximarme a la especulación del IVIMA, el que me hizo explorar y desechar la vía de la cesión y el que me obligó a coger un megáfono por primera vez para defenderlo en una tercera ocupación pacífica del IVIMA. La misma en la que conseguíamos una reunión in extremis, la víspera del desalojo forzoso, para dialogar. Aquí la crónica.

En suma, habíamos peleado mucho por ese espacio para el barrio y me encantó que mis vecinas me sorprendieran así, con una guerra de agua y el solar lleno de globos azules. Y después me regalaron unas gafas azules y una banda en la que ponía 'Chica de agua', así me llaman. Después también comimos tarta de chocolate después de soplar las velas.  Fue perfecto. La sonrisa no me cabía en la cara. Son personas adorables que me han enseñado a vivir practicando la política desde los cuidados, desde el humor, desde la convicción más profunda, desde el cansinismo, desde su experiencia y sus conocimientos, desde su arte, desde lo cotidiano, desde el 'te voy a buscar a casa'. Personas con las que recuperé la vida de barrio en Madrid y a las que llamo vecinas. Me han enseñado que 'se puede' transformar la realidad porque juntas lo hacemos cada día. 

Pero eso podría ser secundario. Como dice una de mis vecinas: 'Ya hemos ganado, porque estamos juntas'



9 de Noviembre de 2013. Esta foto fue tomada por Jorge en uno de los cerros que rodean a la ciudad de Lima. Allí la gente, como otros 2 millones de personas en la ciudad, no tienen agua en sus casas. Van a buscarla por la mañana con esos bidones pagando un platal (que no tienen) por ella. Llevan así toda la vida. Así que fuimos a verlas, a documentar su historia y otras. 

El caso es que fruto casi de una coincidencia estuve en Perú viajando durante un mes haciendo eso: conociendo a activistas y movimientos populares en defensa del agua en Perú, donde la situación es crítica al respecto. Me gustó tanto la experiencia y esas gentes… Sentía que aún tenía mucho que aprender de ellas y ayudarlas en lo que yo pudiera, se me ocurría, documentando sus casos o como fuera. Así que estaba decidida a irme a una casita roja a vivir. En la sierra cajamarquina. Al norte del Perú. Donde una comunidad organizada como Ronda Campesina se enfrenta, ya con 5 muertes a las espaldas, a una minera que les quiere destrozar cinco lagunas naturales y contaminar sus ríos desde la misma cabecera de cuenca. Ahí me iba a ir a vivir. Ahí.

Se dice que la próxima guerra será por el agua. Yo pienso que la guerra ya se está librando. Es entre los de arriba y los de abajo. A menudo no se usan las armas, pero la violencia está ahí. Otras veces sí hay armas. En Perú hay armas. La guerra del agua también a comenzado ya. Hace tiempo que ha comenzado. El neoliberalismo no tiene fin. Pero cuando te quitan el agua, la muerte ya no da miedo, porque sin agua, la vida ya no es posible. En Bolivia, el ciclo de movilizaciones que culminaría con la redacción de una nueva Constitución para el pueblo, con las comunidades indígenas y campesinas, hasta entonces marginadas, empezó por ahí. Por el agua. 


13 de enero de 2014. Dos vecinas de Gamonal celebran que a las 10.30 de la mañana las obras de la calle Vitoria no han empezado. Alguien enciende la musiquita del megáfono y ellas bailan una jota (o algo que se le parece). A menos de dos semanas de mi vuelo de vuelta a Perú, tomé esta foto en el barrio en el que me crié.

Una revuelta en mi barrio. Esto me ha removido demasiado la entraña. Un proceso asambleario que nace. Demasiado interesante como para irme. Pierdo el billete. Vuelvo a casa de mis padres. Desempolvo amistades de mi adolescencia. Empiezo a construir otras amistades. Empiezo a practicar el barrionalismo, pero ahora en Gamonal. 

Hace 10 años que abandoné este piso. Y ahora vuelvo sin nada. Sin trabajo, sin paro, sin pareja, sin un gramo de estabilidad ni de proyecto de vida. Salgo de mi zona de confort. No tengo nada. No he cumplido con ninguna de esas cosas que me metieron en la cabeza en el instituto. Con ninguna. Pero no siento que haya fracasado. Más bien al contrario. Soy dueña de lo que quiero y de lo que no quiero. Y eso, también, me lo han dado estos tres años de movilización, de transformación permanente. 



05 marzo 2014

Catedral

Puede que sea abrigarse por dentro. Puede que sea caminar hacia atrás o hacia delante. Eso nadie lo sabe. Ni yo, ni esos cangrejos que caminaban de lado en esa playa. Podría ser volver a empezar, volver a nacer, esos tópicos. Podría ser huir de los tópicos. Otro tópico. O abstraerse hacia fuera. Huir del ego. Sí. Empaparse de caras, de gestos de palabras ajenas. Pero, ¿a quién, qué caras, qué palabras? Puede ser que por ahí haya algo… mirar hacia dentro y hacia fuera y hacer que las piezas encajen. Puede ser.

Puede ser que tenga que ver con encontrar poemas que no hablen de amor. Con escuchar canciones que nadie, entre tú y yo, haya escuchado antes. Y disfrutarlas como disfrutamos esas noticias de mierda riéndonos a mandíbula batiente. Puede que tenga que ver con batirlo. Agitarlo y ver qué sale. Agitar la mierda. Puede que vaya por ahí.

O puede que no vaya. Puede que todo lo que intentamos no sirva para nada. Puede que no vayan. Y qué. Cuál es la fórmula para que las cosas vayan. Ni siquiera esos cangrejos lo sabían cuando se metían en esos agujeritos. Y, en cambio, se metían.

Nuestro caso es distinto, lo sé. Puede que si saliéramos en pelotas a la calle lo consiguiéramos. Caminaríamos tan tranquilas por las aceras descalzas y volveríamos a casa con los culos rosados. Puede que vaya por ahí. Puede ser. Si nos abrigamos bien por dentro, al menos, no nos constiparíamos. ¿Lo hacemos? La gente nos miraría y la policía nos señalaría, puede que incluso hasta nos multen o algo peor, pero puede ser divertido. Puede que sea la única manera. Vernos desnudas.

No tiene porqué ser mañana.




20 febrero 2014

Representación y mandato

La representación es una figura originaria del derecho privado, mediante la cual una persona llamada representante asume la voluntad de otra incapaz, llamada representado, y actúa en nombre de ella, con gran libertad, de hecho el representante se subroga la personalidad y en la voluntad del representado, lo sustituye plenamente. En general requieren representante, los menores de edad y los incapacitados.
La organización de un sistema político alrededor de la figura de la representación, modelo defendido originariamente por Montesquieu, concebía pues, al pueblo como una masa de analfabetos incapaces de gobernarse sin caer en la anarquía o el caos, con lo cual la única manera de garantizar la gobernabilidad, la protección y la libertad era mediante la delegación del poder soberano en manos de los más capaces (supuestos representantes). 
La tesis opuesta al constitucionalismo anglosajón montesquiano la modeló Rousseau, gran admirador de la República romana y de sus instituciones. Para Rousseau, inspirándose en Roma, la representación era la negación de la soberanía del pueblo que no puede ser delegada. En contraposición a la figura de la representación, Rousseau defiende la figura del mandato
En el mandato, figura también originaria del derecho privado, se produce un contrato consensual, por el que una persona llamada mandante, que dispone de total lucidez y capacidad, ordena a otra llamada mandatario/a que haga en su nombre tal o cual gestión. No obstante, el mandante no enajena su personalidad ni voluntad, sino que simplemente cede algo de autoridad para que, en su nombre, el mandatario haga determinadas diligencias y vigila constantemente el cumplimiento del mandato, reservándose el derecho de rescindir el mandato en cualquier momento.

Estas y otras muchas cosas estoy aprendiendo con '¡Ahora es cuando, carajo! Del asalto a la transformación del Estado en Bolivia', país que sustituyó la figura de representación por la de mandato. 

16 febrero 2014

#30

Nadie le avisó que pasaría relamiéndose durante años. Sin pensarlo, mordió ese trozo de carne.

15 febrero 2014

Monólogo Interior Bruto

Nuestros pasos sobre el asfalto son lentos pero decididos. Nuestra voz a veces charla, a veces canta, a veces grita. A veces nos miramos. A veces nos evitamos. Jugamos entre la multitud a ser vecinas, amigas, cómplices, compañeras. Aunque a veces no nos sale.

Quisiéramos comernos el mundo, pero apenas abrimos la boca grande, nos resfriamos. Mejor será ir despacito, nos dice una gota de lluvia. Y seguimos su consejo. Contentas de haberlo hecho, nos abrazamos y disfrutamos el momento, bajo la tormenta.

Quisiéramos que este instante dure eternamente. Quisiéramos que todos los males del mundo desaparecieran en ese mismo instante. Pero eso no ocurre. Y seguimos esquivando las balas, a sabiendas de que algún día alguien morirá.

Seguimos empapándonos, bajo este cielo negro que no deja de llorar. Quisiéramos que pare. Quisiéramos que sonría con nosotras. Pero el cielo está compinchado con los de arriba y las gotas duelen. Quisiéramos subir y tirarles del flequillo, agarrarles su pelo teñido. Y quedarnos un mechón.

Un sueño repetido se convierte en verdad. Por eso les tiramos al Arlanzón una y otra vez. Les ahogamos con nuestra voz. Un día se ahogarán. Se ahogarán. Decimos. No necesitaremos que Interior les dispare mientras intenten alcanzar la orilla. Simplemente se pondrán morados y dejarán de respirar. O quizás, mejor, un negro les dispare, por si acaso.

Eso ocurrirá mañana. Mientras nosotras nos echemos unos bailables en nuestro Centro Social, sus corbatas irán flotando de camino al oceáno Atlántico. A su paso por Pampliega una trucha silbará y otras personas también bailarán bajo un sol de justicia. (o eso voy a soñar)

#32

Mina en la radio
recuerdo de una chispa
lo efímero

18 enero 2014

Hemos ganado una batalla, pero no la guerra.

La asamblea de hoy.  @24h_tve
Primera Asamblea post- Bulevar.

Ayer el alcalde Lacalle anunciaba la paralización definitiva del Bulevar, contradiciendo la decisión del Pleno de Burgos de seguir con las obras. La manifestación, ya convocada a las 7 fue, según Carmelo, la más multitudinaria de todas. Siguiendo el recorrido habitual, fuimos a comisaría y a Promecal, la empresa de Méndez Pozo. Todo transcurrió con normalidad, menos un incidente que se dio en Comisaría. Según un vecino, alguien lanzó una botella de 20 centilitros a un agente, que no llevaba casco. Como ya no había cámaras de televisión, la policía cargó a porrazos contra las personas manifestantes, que salieron corriendo despavoridas. Entre ellas, había muchas personas mayores y niños y, de hecho, un niño se perdió entre el desconcierto y el miedo. Aquí está el streaming de @Suysulucha.

Hoy a las 11 los grupos de trabajo se ponían a trabajar y a las 12 comenzaba una asamblea abierta, donde los portavoces de cada grupo han expuesto sus propuestas y también, personas a título individual han intervenido.

17 enero 2014

Crónica del primer detenido en Gamonal, la noche del viernes

A continuación publico el texto que el primer detenido ha difundido a través de las redes sociales y what's app, después de obtener su consentimiento. No quiere dar su nombre ni que se le hagan fotos. 

Bueno si me permite, pidiendo perdón por el tocho de antemano voy a contar un poco como fue mi detención, la experiencia y demás, que leo muchas mentiras por los dos bandos y yo lo he vivido de primera mano.

He tardado tanto porque he querido estar unos días ''desconectado'' del tema Gamonal, porque empezaba ya usurparme la cabeza. Ayer se me olvidó hasta el pin del móvil y eso que lo enciendo y apago todos los días.

Yo creo que fui el primer detenido ya que me detuvieron el viernes muy pronto y oí un ''ya ha caído el primero''. Yo el viernes salí de trabajar sobre las 10 y de cenar en el Mc Donalds sobre las 11 y pico. Entre que sales, bajas y tal llegaría a Gamonal a las 12 menos algo. A las 12 o así ya estaba detenido, así que imaginaros la de contenedores que me dio tiempo a quemar y la de piedras que lancé a los agentes.

Gamonal, ni un paso atrás

Concentración en el Ayuntamiento. Todas mis fotos en DISOPRESS
Viernes 17 de enero.
Hoy los vecinos y vecinas y Gamonal se han citado a las 8.30 de la mañana en la calle Vitoria, para ir caminando a la Plaza Mayor. A las 9.30 comenzaba una concentración, coincidiendo con el Pleno del Ayuntamiento, con la asistencia de unas 1.000 personas.

Ayer 5 personas de la Asamblea se reunían con el alcalde, Javier Lacalle, para plantearle las exigencias del barrio: que la policía se vaya del barrio, la puesta en libertad sin cargos de las personas detenidas y la anulación del proyecto en el Bulevar. Aunque el alcalde dijo que haría todo lo que estuviera en sus manos para que así fuera, hoy en el pleno el Partido Popular votaba 'No' a 'paralizar definitivamente el proyecto'.