20 mayo 2011

La magia de la gent normal


Sin saber cómo sobreviví al fin de semana y llegué vivita y coleando al lunes. Para inaugurar la semana, teníamos conciertito de Manel en el teatro Lara.
Sentaditos, de tranquis. Genial. Casi dos horas de concierto, que pasaron como si hubieran sido 20 minutos, intercalando las nuevas canciones de 10 milles per veure una bona armadura con otros temas, ya grandes temas, de su primer disco Els millors professors europeus.

Quizás por la atmósfera característica del teatro, quizás por la música de Manel, siempre desenfadada y fresca, quizás porque el público estaba dispuesto o porque ellos estuvieron (o son) sosegados, el clima del concierto se pareció bastante a una sobremesa entre amigos. De lo más agradable.

Entre tramo y tramo de canciones, Guillem Guisbert, como dejando caer las cosas, como entre copa y copa, nos iba contando historias de fantasía sobre el origen de las canciones. Historias divertidas que tomaban como protagonistas a los demás componentes de la banda. Que si Arnau tuvo una experiencia mistica en un parque de atracciones, que si Roger un día se encontró con un marinero nostálgico... Ellos, por otro lado, no abrieron la boca, simplemente se dejaron convertir en estos personajes de broma, asintiendo serios. Muy serios. Dando lugar a una combinación que resultaba inquietante y divertida.

Lo cierto es que Guillem demostró tener mucho, pero mucho arte como conductor del espectáculo. Ya lo vimos desde el principio, cuando, después de la segunda canción, se presenta con dejadez: - ejem, gracias por venir a vernos... cantar. Somos... Manel. Eeeeee... somos cuatro... y... bueno, y esta caja. (había una caja gigante en el escenario). La verdad es que útimamente nos hemos vuelto un poco maníacos y pues... nos hemos empeñado en traer esta caja y.... bueno, al principio bien. Los problemas han llegado en el ave, que no nos querían dejar pasar y tal... Y el auditorio entero estalla en caracajadas (la caja era atrezo de otro espectáculo).

En fín, se daban situaciones que se dan entre amigos que lo pasan bien, contando batallas, haciendo el tonto, riéndose de ellos mismos y de sus canciones, cantando juntos, riéndose de nosotros y nosotros con ellos. Y todo ocurría de una forma tan natural, que nada resultaba pretencioso, ni intencionado. Simplemente querías llevártelos a tu casa para seguir riendo, como con cualquier otro colega. Porque en el fondo Manel no son otra cosa que gent normal que hace música genial. Y eso es lo que fueron e hicieron. Y muy bien, por cierto.

(o eso me pareció)

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